Descripción
La realidad camina en el sentido del concepto popperiano de -sociedad abierta-. La nuestra merece ese nombre por basarse en el acceso universal y prácticamente gratuito a la información gracias a internet, cuya importancia muchos equiparan a la de la invención de la imprenta en su día y no solo por su presente sino por su futuro. El debate público de las cuestiones que afectan a la colectividad reafirma la idea de que la democracia es la identidad entre gobernados y gobernantes. Habilita a los primeros con abundancia de medios de participación y fiscalización y priva cada vez más a los segundos del recurso al secreto, la opacidad, la impunidad y otros medios del poder.
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