Descripción
Este libro analiza la relación entre el proceso de democratización empujado por un activo y contestatario movimiento obrero entre 1918 y 1938, y la actualización de los dispositivos represivos del Estado, en Chile. Ello supuso la organización y centralización de las funciones policiales y de inteligencia, y la dictación de normas que tipificaron como delitos las garantías consagradas en la Constitución. La democratización encarnada en los años veinte estaba impregnada de anticomunismo oligárquico y castrense.
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