Descripción
Solemos pensar escribe el autor que los movimientos fundamentalistas contra la evolución son una tara exclusiva de Estados Unidos. Pensamos que el creacionismo militante ni siquiera es un fenómeno general, pues sólo se restringe a los seguidores de ciertas sectas protestantes en las regiones más profundas y catetas de Yanquilandia. Estamos bastante tranquilos al respecto, pero, -no es cierto que, tarde o temprano, muchas de las estupideces cultivadas en los fértiles Estados Unidos acaban arraigando con fuerza en el resto del mundo?
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