Descripción
De manera cada vez más clara en no pocas ocasiones de forma estridente y con consecuencias perversas- se hace patente el daño que puede llegar a causar a la Iglesia la ignorancia de las normas y procedimientos canónicos o, lo que quizá resulte más grave, la falta de voluntad de aplicarlos. Hace aún pocos días lo recordaba Su Santidad, Benedicto XVI, con motivo de unos hechos de extraordinaria gravedad están en la mente de todos-, que responde, ciertamente, a una diversidad de factores, pero entre los que se encuentra el rechazo a afrontar desde la perspectiva de las normas jurídicas situaciones canónicamente irregulares.
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