Pensar en el bien común en una sociedad consumista, vanidosa e idolátrica podría resultar una utopía. Sin embargo, es algo que puede estar ahora mismo en nuestras manos. El bien común es la praxis de justicia, pero no de cualquier justicia. Es una praxis que no tiene que ver con los regímenes de este mundo, si estos excluyen la vida. No hay necesidad de esperar hasta que el sistema globalizado llegue a su fin. La humanidad puede recuperarse ahora, incluso en el sistema imperante, no como imposición desde lo alto, sino como la levadura que, poco a poco, va fermentando la masa, sin que haya que recurrir a la violencia, ni hacer vindicación alguna. El bien común es la práctica de un igualitarismo radical y de la no exclusión. Es algo que el lector irá descubriendo en las páginas del presente escrito, ya que el texto le indica el rastro de un territorio más vasto de contenidos que no olvida sus raíces latinoamericanas, pero que le habla al mundo entero, tanto a creyentes como a no creyentes, a la manera de la teología de la liberación, la doctrina social de la Iglesia y la audacia del papa Francisco._x000D_
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Santiago Andrés Sierra González es Doctor en Teología de la Pontificia Universidad Javeriana, y profesor en el campo de las Ciencias Sociales del Centro de Formación Teológica de la Facultad de Teología de dicha universidad. Sus áreas de investigación son el pensamiento social de la Iglesia, la teología latinoamericana y de la liberación, la hermenéutica crítica, la economía para la vida, la ética de los negocios y la responsabilidad social empresarial.